Las comunidades rurales en Asturias eran
profundamente religiosas, de manera que su cultura está regida por ritos de signo
muy diverso. El desamparo en el que se encontraban, tanto la gente como sus
animales y cosechas, los temores sin fundamento transmitidos de generación en
generación serían algunas de las razones que fomentaban y alimentaban la
religiosidad y los ritos populares. De modo que casi todos los ámbitos y
niveles de la cultura tradicional asturiana estaban recubiertos de religiosidad
y sus ritos.
En las
sociedades rurales tradicionales había tres espacios en los que aparecían temas religiosos:
·
En el
ámbito económico.
·
En el
ámbito social y festivo.
·
En el
ámbito espacial, creando lugares entre lo profano y lo sagrado
Los ritos y manifestaciones religiosas se desarrollaban a lo largo de dos
ciclos: El ciclo vital del individuo y el ciclo económico anual.
Todos los momentos
importantes de la vida del individuo iban acompañados de ritos y expresiones
religiosas, como el bautismo, la primera comunión, las proclamas, el
matrimonio…
A lo largo del
año, se solían celebrar algunas rogativas para recordar al cielo su obligación
de germinar las plantas y llevar a buen término las cosechas. Estas rogativas
eran ritos de carácter religioso, presididos por el sacerdote, y consistían en
el canto, o simplemente recitado de oraciones a los santos.
La religión
también estaba presente en el refranero tradicional asturiano, aquí un ejemplo:
Salí,
sapus ya mundicia, que’ahí vus vei l’augua bendita
Salí
sapus ya toupus pa las tierras de lus outros
Marcha
ratu, marcha ratu, ya toda la comición
Qu’aquí
vus traigo l’augua del Sábado de Pasión.
Jorge N.
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